Continuamos descubriendo más lugares que visitar en las Rías Baixas. Si no te has leído las partes I y II de este post, te invitamos a que lo hagas, porque te aseguramos que merece la pena anotar cada rincón de esta zona de la costa de Galicia y ¡disfrutarlo en tu próximo viaje!
Pontevedra
En esta selección de lugares que visitar en las Rías Baixas no podía faltar una ciudad tan histórica como Pontevedra, conocida como la Capital de las Rías Baixas.
Historia
Según la leyenda, Teucro de Troya fue el fundador de Pontevedra, pero la historia indica que su origen se remonta a un asentamiento lacustre del Neolítico, ubicado a lo largo del río Lérez, que proporcionaba riqueza y protección.
Gracias a su posición estratégica, la urbe prosperó a lo largo de los siglos. Durante la época romana, fue una parada importante en la vía XIX que conectaba Braga, Lugo y Astorga. En 1833, se convirtió en la capital de su provincia homónima. Hoy en día, persiste como un centro comercial y administrativo.
Lugares de interés
Pontevedra es una ciudad rica en patrimonio arquitectónico y cultural.
Museo de Pontevedra
No te puedes ir de Pontevedra sin visitar su Museo.
Lo fundó la Diputación Provincial de Pontevedra en el pazo de Castro Monteagudo el 30 de diciembre de 1927 y se abrió al público dos años más tarde, el 10 de agosto de 1929.
Inicialmente, se creó para respaldar las actividades de la Sociedad Arqueológica de Pontevedra.
El museo consta de cinco edificios destinados a exposiciones: las Ruinas de Santo Domingo y los edificios García Flórez, Fernández López, Sarmiento y Castro Monteagudo, con otro en proceso de construcción.
En él se recogen exhibiciones de todo tipo de formas de arte, incluido el arte gallego, crucial para el desarrollo cultural y artístico de la provincia.
Puente medieval O Burgo
El Puente medieval O Burgo cruza el río Lérez, sustituyendo a un puente romano anterior. Se sitúa en el recorrido del Camino de Santiago Portugués al norte del centro histórico de Pontevedra y al sur del barrio de O Burgo. Destacan en su estructura los arcos adornados con las icónicas conchas de peregrino talladas sobre los pilares. A lo largo de los siglos, este puente ha sido uno de los más relevantes en Galicia desde una perspectiva estratégica.
Las primeras referencias documentales al puente datan del año 1165, mencionándolo como el “puente viejo”, durante la firma de la Paz de Lérez por los reyes Fernando II de León y Alfonso de Portugal.
Durante los siglos siguientes, el puente experimentó múltiples modificaciones y reparaciones debido a cambios en el transporte, desastres naturales y acciones humanas. Durante el ataque inglés en 1719, partes del puente fueron quemadas. A finales del siglo XVIII y principios del XIX, se llevaron a cabo ampliaciones y demolición de estructuras adicionales.
Durante la Guerra de Independencia Española, el puente fue escenario de enfrentamientos, y se consideró su uso estratégico para la defensa contra los franceses. En 1886, se iniciaron obras de consolidación y ampliación que reformaron la estructura en lugar de reemplazarla. Desde entonces, el puente ha sido objeto de diversas renovaciones y descubrimientos arqueológicos, como el hallazgo de antiguos arcos y miliarios en 1888 y 2006, respectivamente.
Ruinas de Santo Domingo
Las Ruinas de Santo Domingo se pueden ver en uno de los laterales de la Plaza de España.
Se trata de los restos de un convento gótico del siglo XIV que se encuentran preservados aquí. Estos restos conforman, junto con otros cinco edificios, el conjunto del Museo de Pontevedra y en 1895 fueron oficialmente reconocidos como Bien de Interés Cultural.
A finales del siglo XIII, los dominicos llegaron a Pontevedra y establecieron el convento en Moureira, cercano a la muralla medieval de la ciudad. Sin embargo, poco después se trasladaron a su ubicación actual, dando inicio a la construcción de la cabecera. A medida que avanzaba el tiempo, la iglesia experimentó cambios significativos: a finales del siglo XVIII se decidió reformarla en un estilo neoclásico, pero la construcción fue interrumpida en 1835 debido a la desamortización de Mendizábal, que llevó a la venta de las propiedades de las órdenes religiosas, incluyendo el convento. Desde entonces, el edificio sufrió un progresivo deterioro hasta su cierre definitivo el 8 de diciembre de 1836, entrando en un estado de ruina.
La capilla de San Jacinto y parte de la torre original fueron demolidas entre 1864 y 1870. Sin embargo, la Sociedad Arqueológica de Pontevedra intervino para rescatar el edificio, cediéndolo posteriormente al Museo de Pontevedra, en un esfuerzo por preservar este importante patrimonio histórico.
Plaza de la Peregrina
Tras pasar el precioso edificio del Concello de Pontevedra y después de caminar por la Rúa Michelena, llegarás a la Plaza de la Peregrina, datada del siglo XVIII y que da su nombre de la Iglesia de la Virgen Peregrina, que se localiza en el lado este de la plaza.
Está situada en la vía XIX del Itinerario de Antonino y se establece como tal a finales del siglo XVIII, coincidiendo con la construcción de la Iglesia de la Virgen Peregrina, ubicada en las afueras del recinto amurallado junto al Camino Portugués.
Después de la demolición de la Puerta de Trabancas en 1852, se construyó en 1854 la antigua sede de la Cofradía de la Virgen Peregrina. Esta puerta se encontraba entre la casa de la Cofradía y la residencia del presidente del Consejo de Ministros, Manuel Portela Valladares. Casto Sampedro, presidente de la Sociedad Arqueológica de Pontevedra, y primer director del Museo de Pontevedra, residía en la casa adyacente hacia el este.
En años posteriores, el espacio alrededor de la iglesia experimentó varias transformaciones. En 1880, se renovó el atrio con una amplia escalera frontal en lugar de la fuente original. En 1931, la plaza cambió su nombre a Plaza de la Libertad, y en 1953, se restauró la fuente según el diseño original. Luego, en la década de 1950, se llevaron a cabo más renovaciones, incluyendo la reconstrucción del atrio y la adición de una estatua de granito de Teucro. En 1983, se restringió el acceso de vehículos pesados debido a preocupaciones sobre la estabilidad de la iglesia, y en 2001, la plaza se convirtió en un espacio peatonal.
Convento de San Francisco
A poca distancia de la Plaza de la Peregrina encontramos el Convento de San Francisco.
El convento se cree que lo fundó Francisco de Asís durante su viaje por la ruta portuguesa del Camino de Santiago. La construcción del convento, financiada en parte por los herederos de Pay Gómez Chariño, se levantó en un terreno fuera de la muralla de la ciudad, en la casa de Soutomaior.
La llegada de los franciscanos provocó rivalidades con los dominicos locales, quienes, envidiando la opulencia del convento franciscano, comenzaron la construcción de una iglesia más grande en 1380. La ciudad también vio el inicio de la construcción de la Iglesia de las monjas clarisas y la ampliación de la Iglesia Parroquial de San Bartolomé entre 1337 y 1339.
La iglesia, declarada monumento histórico-artístico en 1896, exhibe un estilo gótico tardío u ojival. Con una planta de cruz latina y cubierta de madera, presenta una cabecera con tres ábsides poligonales cubiertos con bóvedas de crucería. Tras la desamortización de Mendizábal, el convento quedó deshabitado y pasó a ser propiedad del ayuntamiento, hasta que en 1909 fue ocupado nuevamente por religiosos bajo un contrato de alquiler.
A pesar de sufrir un incendio en 1995, el templo fue restaurado y sigue siendo un lugar de importancia tanto histórica como social, albergando el comedor de San Francisco, que ofrece comidas a los necesitados bajo la dirección de los frailes residentes.
Catoira
Catoira se encuentra en la provincia de Pontevedra, concretamente en la comarca de Caldas, limitando con los municipios de Valga, Caldas de Reis, Vilagarcía de Arousa y con el río Ulla.
Historia
En Catoira se asentaron poblaciones desde épocas muy antiguas. Prueba de ello son las estaciones de petroglifos datados de la Edad de Bronce, que se encuentran en sus bosques.
El asentamiento conocido como cultura de los castros floreció en la región occidental, lugar que actualmente es famoso por las imponentes Torres. Este era un asentamiento de la Edad de Hierro, de los siglos I y II a.C., que basaba su economía en la recolección de productos silvestres y la actividad ganadera, con la pesca como actividad complementaria cerca del río.
Posteriormente, la era de paz instaurada por la Pax Romana de Augusto, después de los conflictos de la conquista romana, convirtió este pequeño poblado costero en un destacado puerto comercial del Imperio Romano durante el siglo I d.C. Este cambio es documentado por el autor clásico Pomponio Mela y evidenciado por los hallazgos de cerámica en excavaciones arqueológicas.
A lo largo de los años, las actividades comerciales en el enclave fueron cesando y se empezó a reconocer y utilizar su valor estratégico.
La narrativa histórica de Catoira se entrelaza con el valor estratégico del complejo militar en Oeste. Desde el comienzo de la Edad Media hasta el gobierno de los Reyes Católicos, las Torres funcionaron como una barrera defensiva para Galicia. Sin embargo, tras este periodo, las estructuras entraron en una fase de declive lento y continuo.
Foto de: Concello de Catoira
Lugares de interés
Catoira es una región con multitud de sitios que visitar. Entre ellos destacan los siguientes.
Torres de Oeste
Como ya comentamos anteriormente, si algo distingue a Catoira son sus Torres de Oeste. ¿Cómo surgieron?
Alfonso III, apodado El Magno, fue el artífice de la construcción de dos emblemáticas edificaciones en la Galicia del siglo IX: la Basílica del Apóstol en Compostela, de índole religiosa y la reconstrucción del Castellum Honesti en Catoira, una obra civil de gran envergadura. Este último, un antiguo asentamiento romano, se transformó en una fortaleza clave del Reino Asturiano y de la Europa de la Alta Edad Media, dotado de murallas y torres significativas, de las cuales dos aún permanecen, testimoniando la arquitectura prerrománica y guardando símbolos asturianos como el crismón de la Cruz de la Victoria, distintivo de Alfonso III, ahora preservado en el Museo de Pontevedra.
A lo largo de los siglos siguientes, la fortificación de Castellum Honesti continuó fortaleciéndose, primero bajo el mandato de Alfonso V de León para repeler a los normandos, y más adelante, en el siglo XII, la estructura pasó a manos de la Mitra Compostelana, que bajo el liderazgo de los obispos Cresconio y Diego Peláez, intensificaron su defensa. Este período también vio el ascenso de Diego Xelmírez, primer arzobispo de Compostela, cuyo linaje estaba ligado al castillo, y quien, durante su arzobispado, jugó un papel crucial en la defensa y fortificación del enclave contra incursiones sarracenas, estableciendo las bases de una estrategia defensiva que sería modelo en la península.
Finalmente, la relevancia estratégica de las Torres de Oeste empezó a decaer hacia finales del siglo XV, marcando el inicio de su declive en la Edad Moderna. A pesar de su desuso como bastión militar, el recinto no perdió por completo su significado, sirviendo de refugio y fuente de materiales para la comunidad local, manteniendo su legado a través de la capilla del Apóstol.
Centro de Activación Cultural Torres de Oeste (CACTO)
El Centro de Activación Cultural Torres de Oeste se inaugura con el objetivo de acercar la historia del enclave de Catoira a todo el mundo.
En sus instalaciones los visitantes pueden ver un recorrido desde la prehistoria, el tráfico comercial marítimo en la cultura de los castros y la llegada del Imperio Romano hasta la Alta Edad Media, con la incursión de vikingos y piratas y la actualidad.
Molinos
Catoira también es famosa en Galicia por sus molinos de viento, de mareas y de río.
Alberga los tres tipos principales de molinos de viento tradicionales, destacando tanto por su valor cultural como por su ubicación en zonas de notable belleza. Se han restaurado la mayoría y se han creado rutas de senderismo, aunque recientes incendios afectaron algunas estructuras.
El Molino de mareas, en la desembocadura del río Catoira, es notable por su uso de la energía de las mareas y se planea su restauración para potenciar su valor histórico y natural.
Finalmente, los 45 molinos de río, que adornan las riberas del río Catoira, forman parte de un rico patrimonio cultural enfocado en la molienda de cereal, con esfuerzos continuos por parte del municipio para su conservación y puesta en valor, resaltando la importancia de estos en el uso sostenible de los recursos naturales.
Petroglifos
En Catoira, se hallan evidencias de antiguas inscripciones prehistóricas en piedras de granito pertenecientes a la Edad del Bronce. Una piedra situada a 500 metros de las pistas de A Balastrera, en Oeste, presenta dos conjuntos de círculos concéntricos, pequeñas cavidades y círculos simples.
Estas mismas figuras se encuentran en la propiedad de Taleiriña, ubicada en Aragunde, donde una piedra forma parte del muro de una casa.
El grupo de petroglifos más peculiar y variado de la zona se ubica en Cores, perteneciente a la parroquia de Abalo. Una piedra con una superficie llana e inclinada, conocida como “Laxe das Tixolas”, se encuentra adornada con estas inscripciones. Localizada en una pendiente del Monte Vello, la piedra muestra alrededor de veinte patrones circulares, una cruz sobre un pedestal y una inscripción. Lo que hace único a este conjunto es la interconexión de los diseños, que provienen de distintas eras históricas.
Rutas y miradores
Puedes realizar 3 tipos de rutas. La ruta del río Catoira y su afluente el arroyo San Cibrán comienzan en las laderas del monte Xiabre, situado en el centro de la península de O Salnés, a una altura superior a 600 metros. Un camino de 11 km de largo acompaña el curso de ambos desde su punto de inicio, cerca de la ermita de San Cibrán, hasta encontrarse con el río Ulla, cerca del islote de As Telleiras, pasando por las parroquias de Dimo y Catoira.
Por otro lado, tenemos la ruta del paseo fluvial, mediante la cual es posible dirigirse hacia las Torres de Oeste siguiendo el camino que bordea el río.
En cuanto a los miradores, destacan dos que merece la pena visitar. El mirador de Monte Meda, que se trata de un mirador natural con vistas a Barbanza, Ulla y O Salnés; y el mirador Ruta Xacobea, pensado para divisar el recorrido de esta conocida ruta por mar, donde podrás observar la desembocadura del río Ulla y la ría de Arousa, así como parte del Via Crucis Marítimo. En este sentido, en nuestro blog tenemos un artículo muy interesante sobre todos los detalles de esta ruta que ofrecemos en Cruceros Rías Baixas.
Lagoa Pedras Miúdas
Ubicada en Outeiro de Vila se encuentra la Lagoa Pedras Miúdas, la cual surgió en lo que antes era el hueco de una vieja cantera. Después de una prolongada batalla por parte del Concello y la comunidad local para detener las operaciones de la cantera y lograr la conservación de este sitio, se alcanzó un triunfo ambiental. Esta laguna, que contiene agua de inigualable pureza gracias a los manantiales subterráneos, finalmente recibió el reconocimiento como Espacio Natural de Interés Local en el año 2008.
Ya sabes que, con Cruceros Rías Baixas, puedes relajarte y disfrutar de las Rías Baixas a bordo de nuestros barcos realizando algunas de las rutas a las islas del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia.
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¡Continuamos en la parte IV!